Los años escolares, son recordados como una época de poca responsabilidad y mucho juego. Sin embargo, la temporadas de exámenes puede generar picos de estrés y es conveniente aprender a llevarlos. Ahora bien, la mayor parte de la población estudiantil logra superar las pruebas académicas, aquellos que no lo logran y más aun de manera repetitiva, pueden sufrir consecuencias en muchas otras áreas de su vida como la emocional.
Existen diversas razones del bajo desempeño académico y cuando es repetido, conviene averiguar las causas. Una de las posibles causas, es el déficit de atención que puede venir acompañado o no de hiperactividad. En una valoración de Neurofeedback, se puede determinar si una persona tiene alguna dificultad para prestar atención a eventos externos como atender una clase o mantener la posición corporal relajada que se requiere en los horarios de clase; vale la pena considerar que al inicio de la etapa escolar, los periodos atencionales son menores y a medida que avanzamos, estos periodos se van haciendo mas largos. Los profesores son generalmente los primeros en notar estas características atencionales que es aconsejable tratar ya que toda la etapa estudiantil tiene como una de sus bases, la capacidad de prestar atención.
En algunas ocasiones, el TDAH no permite que la persona pueda expresar todo su potencial ya que características como la impulsividad, la dificultad para generar rutinas, desorden, altibajos emocionales, el bajo índice atencional se suman y obstaculizan el normal desempeño de una persona pudiendo incluso generar fracasos tanto en la infancia como en la edad adulta. Todas estas experiencias acumuladas, van afectando al autoestima, la seguridad personal, el sentimiento de merecimiento de tal forma que se generan ansiedad por la falta de control y depresión por los resultados no esperados del propio desempeño.
Factores como la alimentación son cruciales en el manejo del TDAH, alimentos ricos en Omega 3 pueden ayudar a la persona y ejercicio tanto físico como mental. En este último aspecto, los juegos cognitivos y la lectura resultan muy eficaces así como las técnicas de relajación, la respiración y meditación que ayudan a la autorregulación. Es importante la constancia en estas rutinas para generar un balance beneficioso para el individuo, también se puede ayudar a la persona con terapia o entrenamiento cerebral como Neurofeedback, este último es muy beneficioso ya que ayuda a mejorar la perfusión de sangre en el córtex prefrontal responsable de la función ejecutiva, control de impulso la atención así como la regulación eléctrica que ayuda a la regulación emocional que baja niveles de ansiedad y mejora la depresión.
Hoy hay diagnósticos y métodos para ayudar a las personas en esta situación a mejorar su calidad de vida y desempeño, vale la pena.
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